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Paul Auster: Leviatán (II)




¿Quién es el monstruo que da título a la novela?

1990. Estalla una bomba, hay un muerto. El FBI investiga la identidad y actividades del supuesto terrorista. Peter Aaron decide contar la vida del fallecido, dar su versión de los hechos para evitar las falsedades y verdades a medias del relato oficial.

Leviatán es una novela sobre dos escritores: Peter Aaron (alter ego de Paul Auster) y su amigo Benjamin Sachs, encarcelado por eludir el servicio militar en Vietnam, escritor de novelas que deja la literatura de ficción para hacerse crítico cultural y después, en la era Reagan, terrorista-demoledor de réplicas de la Estatua de la libertad. Peter es el escritor puro.
Por tanto, una novela sobre dos formas de ver y vivir la literatura, aunque el habitus de los tipos sea compartido, igual que el de sus compañeras (Fanny, casada con Ben, que trabaja en un museo; Delia, traductora, e Iris, doctora en Charles Dickens y sucesivas esposas de Peter).

Todo en esta novela, o casi todo, gira en torno a las relaciones personales y alrededor de la interpretación del hecho de que Benjamin Sachs se haga un terrorista-demoledor de símbolos (las estatuas). Ello parece el resultado de una caída de un balcón en una fiesta cuando ligaba con una tipa (una artista). ¿Extraño, raro? Bastante. Además hay una escena originaria al inicio, con la madre de Sachs desmayándose en una visita a la Estatua en los años cincuenta.

Auster narra bien las relaciones personales. La amistad y el relato de vida. Una novela a base de Short Cuts (tomo la palabra de la película de 1993 de Robert Altman) o "Vidas cruzadas". Las vidas son especie de mitos, no importa si lo que los sujetos se representan de sí mismos es verdad o no. Auster trata con mucho cariño a sus personajes, tanto que acaban casi teniendo o aparentando tener una independencia propia, seres humanos en sus perfecciones e imperfecciones. Su creador es un maestro de honduras psicológico-vitales, p. ej. la relación entre Peter y Delia, su primera mujer, o las descripciones de las diferencias entre Ben y su mujer, Fanny. La espontaneidad de los habitus es particularmente interesante, ¿por qué? porque incluso como terrorista Ben trabaja solo, como un escritor. Sachs era rebelde de adolescente, escritor comprometido, crítico cultural freelance, un espíritu libre.

El mundo en redes. Cuando Peter vuelve del campo, divorciado, "Mis amigos velaban por mí y hacían todo lo que estaba en su mano para mostrar al mundo que estaba de nuevo en circulación…"  queriendo incluso emparejarle. Entonces aparece Maria Turner, la artista, con la que se lía y con la que también Ben tendrá algo que no se sabe bien qué es, pero no sexual (Maria se enamorará de él).

Las mujeres de esta novela tienen que ser cultas y además estar buenas: Fanny (encargada de un museo, tesis doctoral), Maria Turner (artista creativa talentosa, vida bohemia, personaje inspirado en la artista francesa conceptualista Sophie Calle), Iris (doctora en Charles Dickens). Lilian, que no es culta, trabaja de prostituta y no parece importarle. La mujer que provoca la caída (personaje anónimo que sólo aparece en esa ocasión) es una mujer gorda con tacones.

En el caso de Maria Turner, proviene de una familia bien y su padre ingresa mil dólares el primero de cada mes para que pueda mantenerse hasta que las cosas cambien. Así pudo dedicarse a una "arqueología del presente". Luego descubrirá su cuerpo y, como está muy buena, investigará sobre él en un bar topless, donde trabajará sin ánimo de lucro, porque "quería afirmar la realidad de su cuerpo", "Se estaba convirtiendo conscientemente en un objeto, una figura anónima de deseo, y era crucial que entendiese exactamente qué era ese objeto". Encarna la mezcla de realidad y ficción: es una creadora literaria, artística. Como Ben, un rebelde, fuera de la normalidad cotidiana. Al experimentar y estetizar la experiencia de su amiga Lillian Stern, la prostituta real, recibe una brutal paliza de un cliente de esta. Es la emergencia de lo real, que la deja marcada (no me extraña).

Peter y Fanny se lían. Ben no destaca por su fidelidad a Fanny, pero al mismo tiempo parece que no es verdad. Es la verdad de Fanny, fabricada por Ben para observarla, pero no es real, según dice (esto no queda claro). Los hombres son prisioneros de su polla, le dice a Peter: iba a pasar.
"Las palabras tienen fuerza, después de todo. Para algunas mujeres, no hay mayor afrodisíaco"; puesto que "es celosa", "en lugar de decir la verdad le digo lo que quiere oír. Miento para hacerla feliz", y si no, miente "para mantenernos unidos". Tras la desaparición, Fanny encontrará a otro.
Ninguno de los dos (Fanny o Ben), mienten. "No había una verdad universal".

Vidas privadas. Artistas descubriendo su cuerpo. Relaciones personales, las vidas interiores y exteriores de los sujetos, retratando en la novela la indeterminación y ambigüedad de la realidad, que es construida por los sujetos. No hay relato histórico y no queda claro para el texto si la realidad es o no una putada: Ben decide dedicarse a poner bombas a las estatuas por rebeldía contra el sistema, pero no está claro por qué. No hay un discurso que lo justifique, desmienta o condene. En esa época de duda y desaparición de Ben, Peter termina su Luna, una novela que le absorbe y le aleja de la vida de bohemio follador ("era una vida de loco y probablemente me hubiese matado si hubiese durado mucho más tiempo") que no importa, sólo el habitus: "no sabía si el libro era bueno o  malo, pero eso ya no me parecía importante".

Lo que convierte a Ben en un activista y le lleva a dejar de escribir es el accidente, la caída desde un balcón en una fiesta por un estúpido azar, y luego la entrada en una librería de viejo. Este es el meollo de la novela. Lo demás es una crónica reflexiva de amistades peligrosas (tus amigos son mis amigos) y  especulaciones encubiertas sobre cómo ser escritor y no morir en el intento. Al comienzo del capítulo 3, Ronald Reagan llega al poder.

La novela es de 1992. La Guerra del Golfo estalló en 1991.

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