"Múdate a una ciudad pequeña, donde aún haya leyes. Este lugar se ha convertido en tierra de lobos y tú no eres un lobo". Esto le dice el sicario a la protagonista en la escena final de la película. La joven, una agente del FBI, simplemente está ahí para firmar un papel en el que se dice que es completamente legal lo ilegal: la violencia extrema generada por los comandos contra los carteles de la droga, y el hecho de que un "sicario" coordinado con los comandos y la CIA sea en realidad un asesino a sueldo del cartel colombiano. Es transparente la reminiscencia al dicho romano, "el hombre es un lobo para el hombre", que Th. Hobbes hizo suyo para la imagen del monstruo del Estado, el Leviathan , un gigante que nos proteja de nuestra naturaleza predadora. "No eres un lobo", parece una contraseña superyoica, por tanto despreciativa, impostora de una Norma, en este caso neoliberal, ultraconservadora. Pero la imagen propuesta es engañosa. El
Abre cien ojos, clava cien retinas, / esclavo siempre de los pavimentos (Alberti)